Redes sociales y trabajo agrario: un estudio a partir de la inmigración de suizos a Misiones-Argentina (1920-1939)
Laura Mabel Zang*
Resumen
Dentro de los factores que promovieron la migración de miles de ciudadanos suizos hacia distintos destinos de ultramar, sin duda un papel privilegiado a la hora de decidir partir fue el crítico escenario económico y social de Suiza durante la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, los contactos y relaciones personales de los inmigrantes fueron un recurso de suma importancia en los mecanismos de inserción desplegados en un escenario totalmente nuevo. El presente artículo analiza la formación de redes migratorias y redes sociales entre los inmigrantes suizos. Dentro de la complejidad que implica un abordaje de microanalítico, cabría preguntarse ¿cómo fue el proceso de gestación de las redes migratorias y redes sociales entre los suizos y cómo estas influyeron en la inserción del inmigrante en un espacio totalmente nuevo? ¿En qué medida las redes sociales fueron influyentes en el éxito o fracaso en la aprehensión de las tareas agrícolas a las que muchos no estaban acostumbrados? Finalmente, tomando en consideración que un grupo importante de migrantes se establecieron en colonias alemanas, cabría considerar si, en este contexto, ¿fueron estas redes necesariamente étnicas?
Palabras clave: Redes sociales, Trabajo agrario, Inmigración, Misiones.
Social networks and agricultural work: a study based on Swiss immigration to Misiones-Argentina (1920-1939)
Abstract
The critical economic and social situation in Switzerland during the first half of the 20th century was undoubtedly the most important factor that promoted the migration of thousands of Swiss citizens to different oversea destinations. However, the contacts and personal relationships of immigrants were a key point in the insertion mechanisms deployed in a totally new scenario. This article analyzes the formation of migratory and social networks among Swiss immigrants. Within the complexity implied by a micro-analytical approach, the following questions should be posed, how was the process of development of migratory and social networks among the Swiss?, how did they influence the insertion of the immigrant into a totally new space? , and to what extent did social networks influence the success or failure in apprehending the agricultural tasks that many of them were not used to? Finally, taking into account that a large group of immigrants settled in German colonies, it would be worth considering whether the networks in this context were necessarily ethnic.
Keywords: Social networks, Agricultural work, Immigration, Misiones.
Introducción
Al indagar en los factores que promovieron la migración de miles de ciudadanos suizos hacia distintos destinos de ultramar, podemos sin duda señalar que un papel privilegiado a la hora de decidir partir fue el crítico escenario económico y social de Suiza desde finales del siglo XIX. Esta situación, con algunos altibajos a lo largo de los años, se mantendrá durante gran parte de la primera mitad del siglo XX. Dentro de este macroperíodo, podemos distinguir dos etapas donde la conflictividad social producto de hambrunas generalizadas y altos índices de desocupación fueron más marcadas: el primero de ellos vio su origen en el estallido de la huelga general de 1918 y que se prolonga durante los primeros años de la década de 1920; en tanto, el segundo momento lo situamos a mediados de la década de 1930 donde más pronunciadas fueron para Suiza las consecuencias de la crisis económica mundial desarrollada en 1930. En estos dos períodos se registraron los mayores ingresos de suizos al Territorio Nacional.
Sin desconocer la fuerte influencia que tuvo en la decisión de emigrar la situación interna del país europeo, difícilmente podamos entender las magnitudes y las características del fenómeno si limitamos los ejes de análisis a los factores estructurales; en efecto, en un contexto en que Misiones fuera considerado un espacio abierto a la inmigración, los contactos y relaciones personales de los inmigrantes fueron un recurso de suma importancia en los mecanismos de inserción desplegados en un escenario totalmente nuevo. En este sentido, el presente estudio analiza la formación de redes migratorias y redes sociales entre los dos grupos de inmigrantes suizos, es decir, aquellos que llegaron a través de la cadena surgida en torno a la yerba mate y aquellos que arribaron a mediados de la década de 1930. Dentro de la complejidad que implica un abordaje de perspectiva microanalítica, cabría preguntarse: ¿cómo fue el proceso de gestación de las redes migratorias y redes sociales entre los suizos y cómo estas influyeron en la inserción del inmigrante en un espacio totalmente nuevo? ¿En qué medida las redes sociales fueron influyentes en el éxito o fracaso en la aprehensión de las tareas agrícolas a las que muchos no estaban acostumbrados? Finalmente, tomando en consideración que un grupo importante de migrantes se establecieron en colonias alemanas, cabría considerar si, en este contexto, ¿fueron estas redes necesariamente étnicas?
El artículo fue organizado en cuatro partes. El primer apartado esboza la metodología de trabajo para el presente estudio. El segundo indaga en el papel de las redes migratorias y de las redes sociales dentro de los estudios migratorios; el tercero estudia la consolidación de redes de relaciones en el afianzamiento del proceso migratorio; dentro de este marco, las decisiones tomadas por los migrantes estuvieron condicionadas en gran medida por la situación coyuntural de cada período histórico. El cuarto apartado, redes sociales en un entorno de monte, se enfoca en los migrantes ya establecidos y en las prácticas de socialización desplegadas como una estrategia que buscaba impedir la disgregación y el posible retorno a Suiza; estas prácticas, sin embargo, tuvieron características particulares según las circunstancias en que emigran y el éxito alcanzado en las colonias donde se establecieron.
Abordaje metodológico
Como fuentes centrales para el estudio de las redes sociales y vínculos de relaciones entre los inmigrantes suizos, la realización y análisis de entrevistas en profundidad fueron de gran valor. Contempladas como una forma de acceso a la información “desde la perspectiva de los actores [y] conocer cómo ellos interpretan sus experiencias en sus propios términos” (Marradi, Archenti y Piovani, 2007, p. 220), fueron realizadas a inmigrantes y sus descendientes y estuvieron orientadas hacia los siguientes ejes temáticos: motivos de emigración, conocimiento previo o no del nuevo entorno de migración, formación de redes migratorias y redes sociales, tejido de redes de solidaridad durante la etapa posmigratoria, entre otros. De este modo, de un total de 13 entrevistas realizadas, 4 de ellas fueron a personas directamente involucradas con el fenómeno aquí analizado, mientras que las restantes corresponden a hijos y nietos de los protagonistas de estas migraciones.
Tanto las entrevistas como el estudio de las memorias escritas por las personas directamente involucradas en este proceso migratorio nos permite “escuchar y recoger los testimonios, desde la voz viva y natural, directamente desde los protagonistas y actores sociales” (Alonso, 1998: 3), adentrándonos al interior de la organización de las redes, las formas en que las mismas operan y los distintos mecanismos empleados tanto al momento de migrar como en el establecimiento del nuevo entorno desde el actor directo de dicho fenómeno: el migrante. Además se analizaron otras producciones, entre los que se pueden mencionar por ejemplo los escritos de Machón (1926a, 1926b) publicados en distintos medios periodísticos suizos informando, en líneas generales, acerca de las particularidades del arribo de inmigrantes a Misiones y del cultivo de yerba mate.
Por su parte, En Misión a Misiones escrito en 1942 por Luis Ferrari —comisario de emigración del Gobierno Suizo en Argentina entre 1937 y 1939—, como producto de su viaje realizado en 1938 por los principales puntos de asentamiento de inmigrantes de origen helvético en Misiones, presenta una visión externa al propio inmigrante acerca de las condiciones de vida en un entorno de clima subtropical con un paisaje de monte predominante, estrategias relacionales desplegadas para la preservación de su identidad étnica y las dificultades de continuar manteniendo los lazos con su patria de origen.
Redes migratorias y sociales dentro de los estudios teóricos
Las migraciones internas e internacionales influyen considerablemente en la dinámica poblacional y en la organización económica, política y cultural tanto de los países emisores como de los receptores de personas. Dentro de las causales del fenómeno, pueden registrarse una multiplicidad de factores que influyen en la decisión de las personas de abandonar su país de origen y trasladarse a otro que “trascienden el mundo de lo puramente económico y familiar” (Mora, 2013, p. 16).
Si bien los estudios migratorios fueron abordados tempranamente desde enfoques estructuralistas con predominio de las teorías que centraban su atención en los factores de expulsión y de atracción de los inmigrantes, investigaciones más recientes dieron cuenta de estas limitaciones y, desde las redes migratorias y las redes sociales, se propuso un abordaje de las variadas situaciones relacionales. De este modo, un análisis desde una perspectiva micro permitirá “reconstruir el tejido de relaciones sociales y políticas en una sociedad caracterizada en la heterogeneidad, la movilidad, el conflicto, la fluidez” (Piselli, 1995, p. 64-65). Precisamente, “la idea central de la teoría del capital social es que las redes sociales poseen un valor (…) el capital social guarda relación con los vínculos entre individuos, las redes sociales y las normas de reciprocidad y confianza derivadas de ellas” (Putnam, 2002, p. 14).
En este sentido, las redes sociales son las que proporcionan los elementos de un abordaje que parte desde el individuo y sus prácticas y estrategias de adaptación cotidianas y permiten identificar el tejido de relaciones que entablan con otros —entre ellos vínculos de parentesco, amistad y paisanaje—. En efecto, redes migratorias y redes sociales conciben a
los migrantes no como masas inertes arrastradas por las fluctuaciones del capitalismo -como al menos parcialmente sucedía en los modelos -pull/push- sino como sujetos activos capaces de formular estrategias de supervivencia y readaptación en contextos de cambios macroestructurales (Devoto, 1992, p. 96).
Concebida como una forma de capital social —aquel que “se crea cuando las relaciones entre las personas cambian en formas que facilitan la acción” (Massey et al., 2000, p. 25) —, este conjunto de relaciones permite insertar al migrantes dentro de un grupo más amplio como
actores racionales que persiguen objetivos y movilizan para tales fines los recursos que tienen a su disposición. Esos han sido considerados como recursos relacionales, es decir aquellas relaciones personales que sirven para conseguir información, elegir el destino, insertarse en el mercado de trabajo de la sociedad receptora, etc. (Ramella, 1995, p. 9).
No se trata sin embargo de desechar los análisis que parten de teorías estructuralistas, sino de lograr un complemento entre las perspectivas macro y micro ya que “cualquier explicación teórica que se apoye en uno solo de estos elementos necesariamente será incompleta y engañosa, y proporcionará bases equivocadas para la comprensión de la migración internacional y las políticas de desarrollo que la acojan” (Massey et al., 2000, p. 30). En efecto, la migración de suizos a Misiones durante la primera mitad del siglo XX puede ser considerado un fenómeno multicausal donde confluyen la situación interna de Suiza en las etapas de profundas crisis económicas, la particularidad de Misiones como escenario receptor de inmigrantes y los vínculos que los individuos tejen entre sí.
De esta manera, en la primera mitad del siglo XX, el Territorio Nacional de Misiones1 se constituyó en el principal espacio dentro del país receptor de inmigrantes suizos. En todo este período, dos fueron los momentos más destacados: tras finalizada la Primera Guerra Mundial y en los años previos al desencadenamiento de la Segunda. Estas etapas reconocidas con mayores egresos corresponden a la situación interna afrontada en Suiza: la etapa de pos Primera Guerra Mundial —Suiza registró un incremento en los despidos y reducción de los salarios que desembocó en la huelga general de 19182— y la recesión económica que sobrevino hacia mediados de la década de 19303.
Ambos contextos fueron particulares no solo por la difícil coyuntura en que les tocó emigrar sino también por la posibilidad de realizar o no plantaciones de yerba mate; de esta manera, si a comienzos de la década de 1920 muchos inmigrantes suizos fueron atraídos por el “llamado del Oro Verde”, a mediados de la década de 1930 la creación de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate –CRYM– reglamentó estas plantaciones. Debido a esa situación, los inmigrantes de ese origen y de otros arribados al territorio en la segunda mitad de la década de 1930 no pudieron realizar más plantaciones de yerba mate y debieron optar por otros cultivos.
Nace la idea de migrar: las redes de relaciones de acuerdo al contexto de arribo (1920-1939)
Después de la Primera Guerra Mundial, la situación económica en Suiza no estaba entre las mejores desembocando en el más grave conflicto social registrado dentro de la historia de Suiza: la huelga general de 1918. Producto de este contexto, la emigración de suizos se reactivó respecto a los egresos de años anteriores:
Y ahora […] aún continúa un movimiento constante de migrantes, la mayoría de ellos jóvenes, que dejan Suiza, ya sea individualmente o en pequeños grupos, y se dirigen a esta nueva “Tierra Prometida”. Son atraídos por la “fiebre de la yerba mate” como si fuera la del oro (Machón, 1926a).
Dentro de la decisión de partir, sin embargo, no solo fue determinante la situación coyuntural que favoreció la movilidad de personas —es decir, la configuración de Suiza como país expulsor de personas y de Argentina en general y Misiones en particular como escenario abierto para la radicación de inmigrantes—, sino también el hecho de que muchos de los migrantes eran conscientes de que vendrían a colonias formadas casi exclusivamente por inmigrantes suizos —como en Santo Pipó y Oro Verde— o con una presencia importante de ellos —Línea Cuchilla, San Alberto en Puerto Rico y el Schweizertal (valle de los suizos) en Eldorado—.
Dentro de estos grupos, los mecanismos migratorios desplegados presentaron fuertes variaciones de acuerdo al contexto histórico en que arribaron siendo más marcados los contactos previos gestados en Europa entre quienes llegaron a lo largo de la década de 1920 que entre quienes lo hicieron durante la década siguiente. En efecto, iniciado el boom de la yerba mate, durante la década de 1920 los inmigrantes suizos fueron atraídos por la gran rentabilidad de este cultivo.
Este gran grupo atraído por el llamado del oro verde no fue, sin embargo, homogéneo. Entre los primeros pobladores de Santo Pipó —situada sobre la rivera del Paraná a 70 km de la ciudad de Posadas — fundada en 1924 y de Puerto Esperanza —en el norte del territorio argentino también sobre las márgenes del río Paraná— pocos años después, gran parte de la red migratoria podemos situarla en la Escuela de Altos Estudios Politécnicos (Eidgenössische Technische Hoscschule- ETH) de Zürich y en torno al profesor Dr. Andreas Sprecher von Bernegg4 quien no solo introdujo a sus alumnos en el estudio de plantas subtropicales —entre ellos la Ilex Paraguariensis o yerba mate—, sino que también los instó a instalarse en Misiones para cultivar yerba mate. Este profesor
servía a sus alumnos y oyentes mate cocido y con bombilla, animando a muchos a buscar su futuro, como plantador de yerba mate en Misiones, en vez de emplearse en una gran compañía de caucho en Indonesia, o de sisal en África. La mayoría de los colonos suizos en Misiones: en Santo Pipó y el Alto Paraná, exactamente en la casa del Prof. Dr. A. Sprecher von Bernegg en Susenbergstrasse en Zurich, tomaron el primer contacto con la yerba mate y Misiones (Ziman y Scherer, 1976, p. 168).
La constitución y consolidación de esta red fue clave en la motivación de la migración en el direccionamiento de la misma. El traslado a Misiones de estos grupos respondió al deseo de efectuar inversiones como plantadores de yerba mate5 (Gallero, 2008) y los recursos con que contaban permitieron organizar de manera inicial grandes plantaciones sin la necesidad de realizar en primera instancia cultivos de ciclo productivo corto que permitiera asegurar su subsistencia. Estos inmigrantes no tenían una estructura social basada en la familia puesto que gran parte de los que vinieron lo hicieron con el objetivo de realizar tareas experimentales con las plantaciones de yerbales a través de una estadía temporaria en la región. Sin embargo, la rentabilidad del cultivo de la yerba mate y el capital que invirtieron los recién llegados, contrastaba con el estancamiento de la colonia debido a la falta de una estructura de pequeños propietarios dedicados al abastecimiento de productos para el consumo (Dohmann y Machón, 1999).
En cambio, los suizos que se establecieron en Oro Verde hacia finales de 1925 integraban los sectores de trabajadores menos calificados en Suiza y fueron atraídos por el inmigrante helvético Julio Ulyses Martin a través de su Compañía para la consolidación de una colonia yerbatera; muy vinculados inicialmente a la Martin y Cía., los residentes de Oro Verde no solo vendían sus cosechas de yerba a la empresa sino que también se empleaban en los trabajos estacionales agrícolas en las propiedades de la misma. Muchos de estos inmigrantes lograron, empero, consolidar una sólida posición como productores yerbateros y en la industrialización de materia prima al poco tiempo de establecerse en la colonia; en este sentido, Luis Ferrari (1942, p. 77) relató su rápida visita a Juan Wyss6 —inmigrante suizo establecido en Puerto Mineral, cerca de Oro Verde— que le permitió
dar con otra prueba de que el éxito no es por cierto inalcanzable para nuestros suizos. Wyss es, evidentemente, además de un trabajador, un comerciante avisado y ello explica su éxito particularmente notable. Al lado de un almacén posee el secadero de la yerba mate.
De este modo, si para 1920 una intensa red migratoria fue desplegada en Suiza dentro del círculo de universitarios de la Politécnica de Zürich, a mediados de 1930 pocos inmigrantes habían siquiera analizado su partida hacia Misiones. Muchos de estos migrantes habían contemplado su radicación en otros lugares del mundo como Nueva Zelanda, Canadá, Kenia, Brasil e inclusive Ecuador. Con relación a ello, Schegg-Loher (en Gallero, 2008, p. 71) escribió en sus memorias:
¿cómo se ven los círculos de las familias de trabajadores, donde cinco o seis chicos están sentados alrededor de la mesa? Les va mal, muy mal; yo lo sé, yo tengo doce chicos que tienen todos un bendito apetito (…) Diariamente me levanto con esos pensamientos (…) Un día un amigo me comenta, que en América del Sur, en el Estado de Ecuador, las cosas son mejor y que la Confederación paga un subsidio a emigrantes desocupados (…) Leo los informes sobre Ecuador del Dr. Müller, el que recorre ese país, tomo contacto con hombres que han estado en ese país o que quieren ir allá. Las opiniones suenan favorables.
Tras enviar la solicitud para poder acceder a la subvención otorgada por el gobierno suizo, la Comisión para la Colonización de Ultramar no estimó favorablemente el destino elegido por Jakob Schegg-Loher pues “el proyecto del Dr. Müller se evidenció, como tantos otros, como irrealizable”. Sin embargo, este organismo le recomendó Argentina como lugar para su establecimiento: “el país me es aconsejado de todos lados”. A comienzos de 1937 empezó a realizar sus trámites para su traslado y en mayo de ese año arribó junto a su familia a Buenos Aires. Si bien en un primer momento en la Embajada Suiza en Buenos Aires le recomendaron establecerse en la colonia privada de Puerto Rico en el Alto Paraná misionero, luego llegó a un acuerdo por una suma menor para comprar la chacra de otro suizo en el valle de Samambaia, en Oberá7, Misiones, por $ 3.200 con todo lo que está encima de la misma —lo que incluía la casa, el galpón, las plantaciones y animales—.
La posibilidad de migrar a África a mediados de 1930 también fue una opción contemplada: Ernesto Bürgin había decidido migrar a Kenya y así se lo hizo saber a su suegro; este, sin embargo, lo convenció de ir a Misiones pues ya había escuchado referencias en Suiza de las lucrativas plantaciones de yerba mate que allí realizaban; lo que no sabían era que las implantaciones de nuevos yerbales estaría prohibida en el contexto de su arribo. Hacia el año 1935, Ernesto junto a su novia y su suegro de apellido Koling viajaron hacia Argentina. La mujer, empero, no simpatizó con el entorno y se embarcó nuevamente hacia Europa; hacia Misiones, entonces, solamente viajaron Koling y Bürgin, quienes se establecieron en la colonia Oro Verde. Koling, durante breve tiempo vivió en Oro Verde donde se dedicó a las plantaciones de frutales a partir de injertos que él mismo hacía (entrevista a Carlos Bürgin, 2016).
El lugar de destino no siempre fue la primera elección de los migrantes: “Papá siempre quería emigrar a América” —decía Juan Roberto Boxler8 (1932) —– con interés en radicarse en Estados Unidos, tras esperar la visa durante tres años comenzó a evaluar otras opciones para establecerse. De este modo, Canadá, Brasil, Australia y Argentina sobresalieron como posibles focos de radicación, sin embargo:
Un amigo de mi papá le mandó unos folletos de propaganda, que en la ciudad de Zürich había una película del señor Adolfo Schwelm de Eldorado. Según la propaganda ya era todo un paraíso, tierra colorada profunda, con vertiente y arroyo, con montes, maderas que valían más que $ 50 la hectárea y ya la colonia existía desde 1919, ya había escuelas y almacenes de ramos generales (Boxler, 1932).
Nueva Zelanda fue la opción elegida por otros informantes; sin embargo, este país había impuesto fuertes restricciones al arribo de inmigrantes a partir de 1920, de este modo, uno de los requisitos para ingresar exigidos por el gobierno neozelandés era de acreditación de relaciones de parentesco con residentes en el país siendo permitido en este sentido la reunificación familiar. Érica Engeler9 (Gallero, 2008, p. 147-148) —hija de Francisco Studer, uno de los primeros inmigrantes suizos en radicarse en Línea Cuchilla— relata cómo la pérdida de contactos con familiares emigrados a Nueva Zelanda durante años anteriores imposibilitó su traslado a ese país:
Muchos años atrás, un tío mío había emigrado a Nueva Zelanda, pero con el tiempo nos quedamos sin noticias suyas, sus huellas se habían perdido en el inmenso territorio desconocido de Nueva Zelanda, como también Australia y Canadá, quedaron descartados del mapa de las posibilidades, porque para emigrar a estos países había que disponer de un capital mínimo de 15.000 francos, muy por encima de mis modestos ahorros.
El traslado de la familia Studer (Fig. 1) a Misiones fue por intermedio de un proyecto de emigración colectiva para los suizos organizado por el sacerdote Emil Immoos10 (Zang, 2017).
Figura 1. Familia de Francisco Studer en Línea Cuchilla (c. 1936).
Fuente: fotografía cedida por el Sr. Lorenzo Zimmermann (2014).
Tras el arribo de los primeros inmigrantes integrantes de la segunda corriente a Misiones en el año 1935 —el caso de la familia Studer fue uno de los más representativos— puede decirse que comenzó a tomar mayor forma una red migratoria tendiente en unas ocasiones a promocionar la inmigración y en otras a desestimarla. Entre los primeros relatos encontramos a integrantes de la familia Heinemann11, “quienes se comunicaban por cartas con sus amistades de Suiza entusiasmándolos sobremanera por las maravillas de estas tierras fértiles y prósperas” (Meier en Gallero, 2008, p. 125). Dentro de quienes desaconsejaron la empresa migratoria, un contacto de Marie Schedler en Buenos Aires resaltó el peligro de las colonias en Misiones por su posición fronteriza:
Una chica suiza en el Hotel Post nos contó que había estado en Eldorado y nos sugirió que no fuéramos a Misiones, porque continuamente se cruzaban los azules del Paraguay y mataban a la gente, ella jamás volvería. Pero nosotros igual con el tren partimos hacia Posadas (Schedler de Schweri, 2003, p. 9).
Otros relatos que sostuvieron las dificultades para la radicación de inmigrantes se fundamentaron en las diferencias climáticas de Misiones respecto a Suiza y la escasez de urbanización del entorno; entre estos podemos situar por ejemplo los consejos que Francisco Studer diera a la familia Zimmermann cuando esta última estaba aún en Suiza: “Studer desaconsejó la empresa migratoria describiendo en una carta tal cual todo cómo era acá; nos habló de los distintos insectos como mbarigüíes, uras y piques12, del calor que aquí hace y que todo era puro monte” (entrevista a Lorenzo Zimmermann13, 2010). Sin embargo, provenientes de una familia dedicada al trabajo maderero, la perspectiva del “monte misionero” y la provisión de materias primas que este representó fue lo que los convenció a unirse al proyecto migratorio (Zang, 2017).
A partir del año 1936, por ejemplo, Marie Schedler de Schweri menciona en sus memorias que en St. Gallen se había conformado una “sociedad de emigrantes”. El plan de muchos de estos inmigrantes fue radicarse en las colonias alemanas del sur de Brasil “donde los alemanes tenían unas chacritas bien organizadas y nosotros podríamos sin problemas comunicarnos con ellos porque manejábamos el mismo idioma”. En el caso del padre de Marie Schedler, unos años antes de emigrar con su familia a Línea Cuchilla14, había visitado personalmente el sur de Brasil con intenciones de radicarse allí cuando partían de Suiza; sin embargo, la imposición de políticas migratorias de tinte restrictivo en Brasil y la escasez de tierras que esas colonias de alemanes tenían imposibilitaron el traslado de esta familia a este destino. De igual manera, “sabíamos que vendríamos a América del Sur y por eso en Suiza teníamos una huerta donde plantábamos de todo, así ya nos íbamos acostumbrando para nuestra nueva tierra” (entrevista a Marie Schedler de Schweri, 2010).
El contexto de crisis económica generalizada dentro de Suiza —con su corolario de niveles elevados de desocupación y devaluación de la moneda— influyó significativamente en la decisión de migrar. Sin embargo, la posibilidad del desarrollo de un conflicto bélico en Europa también fue un factor decisivo: “Mi papá que se desempeñaba dentro de la Embajada suiza en Italia, vio muy cercana una guerra que iba afectar a toda Europa” —relataba Mauro Minder15 en una entrevista (2019) —, “así, ya habíamos dejado preparadas nuestras maletas para irnos en cualquier momento… Lo seguro era que nos íbamos, lo que no sabíamos era a dónde”. Quizás uno de los casos más extremos vinculados a la decisión y también a la necesidad de migrar fue el de la familia Matti quienes arribaron a San Alberto en la colonia Puerto Rico durante el año 1939 (véase la Fig. 3 correspondiente al pasaporte de Jakobo Matti, el documento especifica el año de emigración); según Tristán Matti en una entrevista (2018):
mi padre, Jakobo Matty que ya en Europa estaba dentro del Ejército [en la Fig. 2 puede apreciarse a Jakobo Matty con su traje del Ejército], estaba con miedo de que nuevamente lo llamen a participar de una guerra… Él ya había estado en una en el 18 y de ninguna manera iba a querer estar en otra. Como sabía que lo iban a llamar, decidió emigrar y para que el Estado no pueda dar con él se cambió el apellido… Nosotros en Europa éramos “Matty” y él cambió la “y” por una “i”.
Figura 2. Jakobo Matty con un compañero del Ejército en Europa (1939). Fuente: fotografía cedida por el Sr. Tristán Matti (2019).
Figura 3. Pasaporte de Jakob Matty (1939). Fuente: fotografía cedida por el Sr. Tristán Matti (2019).
Las redes sociales en un entorno de monte
Como forma de capital social, la red social sustentada en el conocimiento del lugar, de las prácticas agrícolas y los vínculos de cohesión entre los migrantes jugó un rol destacado en el contexto posmigratorio. Sin embargo, muchas de las prácticas de socialización adquirieron formas particulares según las condiciones de partida del inmigrante y el éxito alcanzado en el nuevo escenario donde se establecieron y, en este sentido, “el aspecto cultural es un elemento importante, que junto a la estructura económica y familiar de las áreas de partida permiten explicar los porqué de las estrategias utilizadas por los migrantes” (Etcharri, 1995, p. 62).
De este modo, durante la década de 1920 los inmigrantes de ningún modo fueron ajenos a las características de la agricultura propia de climas tropicales y subtropicales adquiridos en su formación en agronomía en la Universidad Politécnica de Zürich; en efecto, uno de los motivos de su migración fue precisamente la posibilidad de realizar prácticas y plantaciones con la lucrativa Ilex Paraguariensis (yerba mate). Pese a esta situación, el Dr. Machón (1926a) atribuye el éxito de las plantaciones de yerba mate realizadas por los suizos al Sr. Julio Ulyses Martin: “Nuestros jóvenes suizos que hoy aprenden pacientemente en dos meses las reglas y secretos del cultivo de la yerba mate jamás le agradecerán lo suficiente. Es a él a quien se le debe la colonización de la ruta que siguen”.
Las particularidades de este grupo podemos encontrarlas tanto en la forma de organizar las festividades y el objeto de las mismas como en las labores cotidianas al interior de cada colonia. En este sentido, la sólida posición con la que muchos de los suizos llegaban durante comienzos de la década de 1920 y la configuración de una migración de elite sobre todo en Santo Pipó permitieron realizar prácticas que fueron distintivas entre ellos; en relación con ello, Ferrari (1942, p. 13) declinó la invitación de los suizos de Santo Pipó16 de asistir a esta festividad: “¡Ah no, caramba!, yo no voy a empezar mi misión con un baile, entre damas en traje de noche y caballeros de smoking; ¡eso sí que no!”. Si bien los suizos establecidos en Misiones celebraron desde los primeros años de su asentamiento la tradicional festividad del 1.o de Agosto17, este fue un evento que perseguía muchas veces otros objetivos, por ejemplo “recaudar dinero para la creación de la futura escuela en el Schweizertal” (Boxler, 1932); sea entre los “gentleman” (Ferrari, 1942, p. 13) de Santo Pipó o entre los inmigrantes con menores recursos del Km 34 de Eldorado y de San Alberto y Línea Cuchilla en Puerto Rico, la principal finalidad de la fiesta era “reafirmar los vínculos con el país de origen” (Boxler, 1932) y reforzar los lazos identitarios al interior de las colonias (Entrevista a Marie Schedler de Schweri, 2010).
De igual manera, en el camino que separaba Santo Pipó de Puerto Rico , Ferrari entabló contacto con integrantes de los primeros grupos migratorios que consiguieron lograr una sólida posición económica; de esta manera, cerca de Jardín América el autor reconoció la “proximidad de gente rica” al ser rodeados por un dänische Dogge (perro danés) pues “solamente los ricos pueden disponer de tan soberbios guardianes”; se trataba pues de la casa del Señor Christ, “un suizo acaudalado, quien afablemente nos invita a su casa (…) en Tabay” (Ferrari, 1942, p. 42).
Esta concepción de integrantes de una migración con características de elite, fue criticada por una de mis entrevistadas pues, según ella, no corresponde aplicar tal categorización “a propietarios de lotes que en promedio eran de 100 hectáreas cuando en Buenos Aires los grandes propietarios concentran miles”. Sin embargo, aquí considero que la posibilidad de acceder a la propiedad de la tierra no fue lo único que los definió como integrantes de un grupo de este tipo sino también el acceso a otros recursos; así pues, mientras los inmigrantes suizos que ingresaron de manera más temprana contaban con ayuda frecuente de asalariados rurales, los que lo hicieron a mediados de la década de 1930 solamente recurrieron a la contratación de mano de obra para las duras tareas de desmonte.
Al interior de las labores domésticas también podemos reconocer ciertas prácticas que caracterizan a una elite: encontramos que muchos integrantes de los primeros grupos migratorios delegaban la supervisión de las actividades escolares de los niños en institutrices; al mismo tiempo, este grupo también se caracterizó por contar con ayuda de manera permanente de empleadas domésticas en los quehaceres del hogar. En tanto, para mediados de 1930 son numerosas las narraciones que describen el papel desempeñado por las mujeres: además de ayudar en las tareas agrícolas también debían ocuparse del acompañamiento de la educación de los hijos, ordeñar y alimentar los animales, realizar las labores domésticas de limpieza, lavado de ropa, costura y cocina. En el siguiente relato, por ejemplo, la descripción corresponde a un matrimonio de jóvenes suizos establecidos en Eldorado:
Muy jóvenes ambos, él es un muchachón de un metro con ochenta, ella, una mujer diminuta (…) y esta mujercita ha contribuido con sus frágiles muñecas a derribar a aquellos [árboles] gigantes que vivían, ya, cuando ella —¿qué digo?— cuando su madre aún no había nacido! (Ferrari, 1942, p. 92-93)
La posibilidad de acceder a estudios secundarios y luego superiores fue más común entre aquellos inmigrantes radicados en Misiones durante la década de 1920 que entre el segundo grupo. Entre estos, quizás haya tenido notable peso el que procedían de familias donde los estudios universitarios fueron comunes, sin embargo, en un contexto donde en las colonias no siempre había escuelas estatales o, si existían, no tenían todos los grados, difícilmente un inmigrante de escasos recursos podía financiar los estudios de sus hijos en otras ciudades del país como Posadas o Buenos Aires. Tenemos entonces otro factor de importancia para situar a los primeros dentro de la elite pues los hijos de estos inmigrantes se trasladaban a escuelas de Posadas o de Buenos Aires —uno de los hijos de Jean Pierre Roulet18, por ejemplo, estudió en el colegio Word de Ramos Mejía y la hija en el Colegio Santa Unión, ambos en Buenos Aires— con posibilidades de continuar luego estudios universitarios en Suiza o Francia19.
En situación contraria, las memorias de Marion Meyer de Senn y Juan Rodolfo Senn (en Gallero, 2008, p. 185) muestran la situación que tuvieron que afrontar muchos de los inmigrantes que vinieron prácticamente sin recursos: “Al aprender mejor el idioma, nos aburríamos de la monotonía de la enseñanza. ¡Siempre lo mismo! Cuatro años fui a tercer grado, pues no había más”.
Entre quienes partieron a mediados de 1930, si bien habían analizado la posibilidad de emigrar, pocos habían contemplado desde un primer momento a Misiones como principal foco de recepción. De este modo, al momento de partir desde Suiza exiguos conocimientos se tenían acerca del nuevo escenario de destino; en un contexto de este tipo, la etapa inicial correspondiente al reciente arribo puede ser considerada la más difícil20. Si bien la procedencia urbana de los migrantes dificultó la adaptación al ambiente de monte y al duro trabajo rural de este escenario, “fue peor entre aquellos que no tenían una profesión a la que pudieran dedicarse y que les sirviera para su nuevo entorno” (Zang, 2014, p. 102). En efecto, los conocimientos previos de ciertos oficios como carpintería, albañilería, mecánica y herrería fueron sumamente útiles tanto en la ciudad como en la chacra:
Nosotros éramos carpinteros, somos madereros de profesión de toda la vida (…) pero cuando llegamos acá, si bien había abundancia de madera, enseguida vimos que no era fácil trabajar en nuestra profesión. No nos quedó otra que dedicarnos a la agricultura. Plantamos como todos en la colonia, cultivos anuales como porotos, maíz, zapallos y más tarde tabaco (…). En el año 1944 montamos el aserradero, y ahí comenzamos a comprar tierra. Trabajamos con mucha gente, llegamos a tener 30 obreros entre ellos a suizos y alemanes-brasileños (entrevista a Lorenzo Zimmermann, 2014).
El arribo a un entorno nuevo fue sumamente dificultoso y no siempre lograron sortear con éxito los problemas:
Imagínate a mis padres, no fue nada fácil el cambio que implicó salir de Suiza y venir a Misiones, ellos provenían de un lugar donde tenían alumbrado y luz eléctrica en sus casas y se establecieron en medio del monte donde debían usar velas para poder ver… Eso fue muy difícil y no lo aguantaron y ni bien juntaron un poco de dinero, se fueron a vivir a Córdoba (Entrevista a Juan Glatli, 2019).
Dentro de este complejo panorama posmigratorio, el retorno a Suiza fue una opción contemplada aunque no siempre alcanzada debido a la posición económica del migrante. En relación con ello, Lorenzo Zimmermann recordó a sus vecinos dentro de la colonia Línea Cuchilla: “eran suizos franceses que no lograron habituarse a Misiones y poco tiempo después lograron retornar a Suiza” (entrevista a Lorenzo Zimmermann, 2014). Otros sintieron una ruptura con su país de origen y sostuvieron que “a través de la migración de los subvencionados, Suiza se desligó de sus compatriotas” (Muster, en Gli heredi dela crisi, 1971).
Para evitar las disgregaciones, los desánimos y los retornos que esta situación hacía factible, los contactos con otros migrantes fue un factor esencial: a través de las reuniones y festividades, los encuentros a través de las prácticas religiosas (Figs. 4 y 5), las actividades organizadas por medio de los clubes y las ayudas en las labores agrícolas favorecieron la adaptación de las personas en el período posemigratorio. Este “conjunto de asociaciones recurrentes entre grupos de personas ligadas por lazos ocupacionales, familiares, culturales o afectivos” es definido por Alejandro Portes como redes sociales; las relaciones definidas por estas “son importantes en la vida económica en la medida en que son medios para adquisición de recursos escasos como el capital y la información” (Portes, 1999, p. 12).
La identidad compartida en este contexto representa una construcción, es decir, las redes sociales se tejen por proximidad espacial y no solo por afinidad étnica. En este sentido, Pierre Bourdieu (1997, p. 49) señala que
la labor simbólica de constitución o de consagración que es necesaria para crear un grupo unido (imposición de nombres, de siglas, de signos de adhesión, manifestaciones públicas, etc.) tiene tantas más posibilidades de alcanzar el éxito cuanto que los agentes sociales sobre los que se ejerce estén propensos debido a su proximidad en el espacio de las posiciones sociales y también de las disposiciones y los intereses asociados a estas posiciones, a reconocerse mutuamente y a reconocerse en un mismo proyecto (político u otro).
En relación con ello, vemos el caso de los alemanes-brasileños que compartieron sus experiencias y saberes en la labranza de la tierra entre los europeos recién llegados; Cecilia Gallero (2009b, p. 39) consideró que “esta ayuda técnica y material entre inmigrantes con una raíz europea y germano parlante propició que muchos suizos y suizas prefirieran consorte de este origen a la hora de buscar cónyuge”.
La legitimación de la pertenencia étnica en un pasado compartido no representa una construcción estática y, considerándolo desde la perspectiva de Fredrick Barth (1976), la etnicidad es un fenómeno altamente dinámico y flexible, cuya construcción está fuertemente vinculada al contexto en que el grupo se halla inserto y reinventada para hacer frente a una realidad cambiante. En este sentido, esta problemática se vio reflejada en la autopercepción como suizo de un inmigrante cuyos padres eran del antiguo Imperio austrohúngaro21 establecidos en el Schweizertal en Eldorado a mediados de la década de 1930: “Yo nací y me críe en el valle de los suizos” —decía Kitel (entrevista, 2016)—, “mis amigos y los padres de mis amigos eran todos suizos, fui a la escuela a la que iban los suizos y siempre participábamos de las festividades de los suizos y a mí me preguntan de qué origen yo soy… y yo les digo yo soy más suizo que todos los suizos de acá”.
Figura 4. Capilla evangélica suiza que funcionó de manera improvisada en el galpón del inmigrante suizo Müller en San Alberto (c. 1937). Fuente: archivo propio. Fotografía cedida por Sra. Bettina Michaelis (2018).
Dentro de los recorridos de Rohner como pastor de la Federación de Iglesias Protestantes enviado desde Suiza, Oberá merece una mención especial por tratarse de una colonia que congregó muchos suizos católicos. Según Juan Würgler, estos inmigrantes “dejaron de lado la cuestión de pertenecer a otra religión y aceptaron de muy buen grado al pastor por tratarse de una persona que tenía vinculaciones directas con Suiza… pareciera que precisaban ese tipo de contactos para mantener los lazos con la patria madre” (entrevista a Juan Würgler, 2019).
Consideraciones finales
Las migraciones internacionales son procesos recurrentes en la historia de la humanidad. Como fenómeno social de gran complejidad, la multiplicidad de factores que impulsan a las personas a abandonar su país de origen y trasladarse trasciende las condiciones económicas de los lugares de origen y de destino. En este sentido, el presente artículo analizó la formación de redes migratorias y redes sociales entre los inmigrantes suizos que arribaron a Misiones entre 1920 y 1939. Dentro de este gran período, tanto los mecanismos migratorios desplegados como las estrategias relacionales presentaron fuertes variaciones de acuerdo al contexto histórico en que llegaron.
De este modo, mientras a comienzos de la década de 1920 en Suiza los inmigrantes integraron una amplia red migratoria que respondió al “llamado del Oro Verde”; a mediados de la década de 1930 muchos de los inmigrantes que partieron de Suiza lo habían hecho de manera individual considerando la posibilidad de dirigirse a otros lugares como Nueva Zelanda o Canadá, sin embargo, la adopción de políticas migratorias restrictivas por estos países hasta ese entonces receptores de inmigrantes condicionó su destino de radicación. Misiones, que hacia finales del siglo XIX se había configurado como un escenario abierto a la inmigración, para mediados de la década de 1930 aún tenía disponibilidad de tierras al interior de las colonias como para el establecimiento de colonos.
Durante la década de 1920 gran parte de los suizos arribados a Misiones se asentaron en Santo Pipó, Oro Verde y Puerto Esperanza con el objeto de realizar plantaciones de yerbales. En la primera de esas colonias, los inmigrantes suizos vinieron con recursos para invertir en la consolidación de grandes yerbales y, junto a la rentabilidad del cultivo de la yerba mate en ese período, fueron considerados suizos de “elite” o suizos “ricos”. Hacia mediados de la década de 1930, en cambio, una nueva corriente de inmigrantes provenientes de Suiza se estableció en Misiones, pero esta vez venían por las medidas adoptadas por su país natal para paliar los efectos de la crisis económica.
A mediados de 1930, en cambio, la situación de los inmigrantes en general fue muy distinta: provenientes de los cantones germanos principalmente e integrantes de los círculos de obreros afectados por la crisis económica, migraron en condiciones de desocupación y con escasos recursos; muchos de ellos emigraron desde Suiza a Misiones por medio de la ayuda económica otorgada por el Estado suizo —la subvención— tras la firma del Tratado suizo-argentino en 1937. Por su parte, la obtención de una renta diferencial a partir del lucrativo cultivo de yerba mate tampoco fue una posibilidad pues la creación de la CRYM en el año 1935 prohibió nuevas implantaciones. Este factor provocó la diferenciación dentro del grupo de inmigrantes suizos entre aquellos que lograron ingresar en el sistema yerbatero (Santo Pipó) considerados de la “elite” o los suizos “ricos” y aquellos que llegaron después de la creación de la CRYM que fueron considerados los “pobres”.
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Fecha de Recepción: 15 de noviembre de 2019
Fecha de Aceptación: 21 de abril de 2020
© 2020 por los autores; licencia otorgada a la Revista Universitaria de Geografía. Este artículo es de acceso abierto y distribuido bajo los términos y condiciones de una licencia Atribución-NoComercial 2.5 Argentina de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.5/ar/deed.es_AR
1 Desde finales del siglo XIX hasta inicios de la segunda mitad del siglo XX, Misiones tuvo la categoría de Territorio Nacional. Con fuerte pendencia del poder central, en los distintos Territorios Nacionales de Argentina las autoridades locales eran designadas por el Ejecutivo nacional; en este sentido, los derechos políticos de sus habitantes eran sumamente restringidos. Para comienzos de la década de 1950 y en el marco de la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, se propuso dar por finalizado “un largo período de marginalidad política” e incorporarlos “plenamente al esquema federal constitucional con el rango de provincias autónomas” (Ruffini, 2005, p. 132-133).
2 El 12 de noviembre de 1918 aproximadamente 250000 personas, entre ellos un grupo importante de empleados ferroviarios, fueron convocados a huelga por el Comité de Olten –cuyos miembros integraban los Partidos Socialista y por sindicalistas–. La paralización del país que sobrevino a ello generó graves disturbios registrados principalmente en el cantón de Solothurn donde murieron tres huelguistas en el enfrentamiento con el Ejército a dos días de iniciadas las movilizaciones. Con estas bajas sumada a las “intransigencia del Consejo Federal, que amenazaba con dar la orden al ejército de disparar a los huelguistas, el Comité de Olten cedió y la gente volvió a sus lugares de trabajo el 15 de noviembre” (https://www.swissinfo.ch/spa/economia/100-a%C3%B1os-desde-la-huelga-general-suiza/43871816).
3 Si bien las repercusiones de la crisis económica de 1929-1930 tuvieron una manifestación más tardía en Suiza en relación a otros países europeos, sus secuelas fueron muy fuertes. De este modo, los desempleados que ascendían al número de 8.000 (0,4% de la población total) personas para el año 1929, hacia el año 1936 eran más de 93.000 personas desempleadas (4,8 %) (Schneider, 1998).
4 El Dr. Andreas Sprecher von Bernegg trabajó para el gobierno de Holanda en su especialidad científica en Java, Sumatra y Célebes. Los contactos con la Yerba Mate, el Té y el Café los tuvo a partir de sus numerosos viajes de estudio por Sudamérica (Ziman y Scherer, 1976).
5 Estos eran jóvenes universitarios con amplios estudios en agronomía y capital para invertir por lo que pronto fueron considerados los integrantes de una migración de elite (Glatz, 1997).
6 Juan Wyss llegó en inmediaciones de Oro Verde durante las primeras ventas de tierras realizadas a finales del año 1925 y fue, junto a Herzog, el primero en establecerse. Con el tiempo compró más tierras y realizó por cuenta propia lucrativas plantaciones de yerba mate; además de ser productor yerbatero, también se dedicó a la industrialización de la hoja verde a través de su secansa (Zang, 2016).
7 Esta colonia, a diferencia de las situadas en el Alto Paraná, era de propiedad fiscal y era el gobierno del Territorio Nacional de Misiones quien administraba y gestionaba el poblamiento de dichas tierras.
8 Juan Roberto Boxler escribió sus memorias con solo 10 años de edad tras su reciente arribo a Eldorado en 1932.
9 Las memorias escritas por Érica Engeler son reconstrucciones que realizó en base a entrevistas a su padre, Francisco Studer, un inmigrante suizo establecido hacia 1936 en Línea Cuchilla.
10 Nació el 28 de junio de 1899 en la ciudad de Ingenbohl en los Alpes suizos. Se ordenó como sacerdote en 1923 y en 1924 obtuvo su Doctorado en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Como integrantes de una comisión especial formada por el gobierno suizo destinada a evaluar las condiciones de vida en Sudamérica para la emigración de suizos, en 1935 realizó viajes a Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil para radicarse definitivamente en este último en 1937 (Rosa, 2017: 107).
11 Provenientes del cantón de Zürich, la familia de Ruedi Heinemann arribó a Olegario Víctor Andrade en el año 1936.
12 Insectos propios de zonas boscosas cálidas. Entre los europeos que no estaban habituados a sus picaduras, en muchos casos provocaban irritaciones en la piel y heridas.
13 El entrevistado, Lorenzo Zimmermann era proveniente de Herligsberg, Cantón Lucerna, donde vivió hasta los 17 años junto a su viuda madre y 9 hermanos. En el año 1938, Lorenzo emprendió el viaje hacia Misiones junto a su hermano mayor José, la esposa de este y el anteúltimo hermano de nombre Francisco. Medio año después llegaron dos hermanos más, Javier e Isidoro, con sus respectivas esposas. Se radicaron en Línea Cuchilla debido a las referencia dadas por inmigrantes ya establecidos en la colonia con anterioridad.
14 Junto a la familia de Schedler viajó la de Hutmann también procedentes de St. Gallen.
15 Los padres de Mauro Minder llegaron a Línea Cuchilla en el año 1937; esta era una de las pocas que, además del alemán (dialecto suizo) hablaban el italiano y eran de religión católica.
16 Recurrentes fueron las consideraciones de Luis Ferrari (1942, p. 142) respecto a una migración de características elitistas: “Por la noche van llegando unos diez ‘gentleman’ de esta colonia de suizos acaudalados, propietarios o gerentes todos de empresas importantes de esta región, amén de universitarios”.
17 El 1.o de agosto de 1291 fue celebrado el Pacto Federal que se toma como mito fundador a partir de la unificación de los tres cantones más primitivos del Estado suizo: Uri, Scwyz y Nidwalden.
18 Inmigrante suizo proveniente de Paseux-Neuchatel, arribaron a Misiones entre 1920 y 1922 junto a sus hermanos Esteban, Eduardo y Pablo. Primos de los hermanos Favre que habían llegado con unos años de anticipación, se establecieron en San José (en cercanías a Apóstoles, al sur del entonces Territorio Nacional) donde tuvieron grandes yerbales. Los hermanos Roulet también estuvieron emparentados con Eugenio Lagier.
19 En efecto, la correspondencia mantenida desde Santo Pipó por Eugenio Lagier con sus hijos Enrique, Roberto y Claudio residentes en Francia se debió a los estudios universitarios que estos cursaban en dicho país.
20 En relación con ello, Luis Ferrari (1942, p. 30) identificó tres fases dentro del proceso colonizador: en la primera de ellas, el colono “se establece”, en la segunda “se radica”, en tanto en la tercera “deberá levantarse, emprender, tratar de consolidar sus bienes y acrecentarlos”.
21 El de la familia de Kitel fue un claro ejemplo de migraciones recurrentes. En el contexto de reciente disgregación del Imperio austrohúngaro, su familia quedó dentro de una porción territorial que pasó a conformar Yugoslavia. Hacia 1922, decidieron partir [huir según el entrevistado] del país pues “un pequeño productor allí no encontraría futuro”; el lugar al que se dirigían permanecía indeterminado en algún lugar de América pues ni siquiera “tenían la certeza de poder salir ya que huyeron a pie llegando hasta España desde donde se embarcaron a Argentina”. Una vez en Eldorado, la ausencia de servicios básicos dentro de la colonia los llevó a migrar a Estados Unidos desde donde, a comienzos de la década de 1930, retornan para establecerse en el valle de los suizos.
* Magíster en Historia, Becaria Doctoral del CONICET, Secretaría de Investigación y posgrado, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales/UNaM. lauramabelzang@yahoo.com.ar
Revista Universitaria de Geografía / issn 0326-8373 / 2020, 29 (2), 51-73
Figura 5. Mujeres reunidas con sus niños en la Iglesia de Oberá (c. 1937). Fuente: Ferrari (1942).