Segunda generación de inmigrantes en Madrid: retos, prejuicios y discriminaciones

Silvana Sassano Luiz*

María Milagros Mayoral Peñas**

Beatriz Cristina Jiménez Blasco***

Rosa Resino García°

Ricardo Barbas Nieto° °°

Resumen

El estudio de las segundas generaciones en España está cobrando cada vez mayor importancia como consecuencia del volumen de éstas, veinte años después de la máxima llegada de inmigrantes a nuestro país. El objetivo principal de nuestra investigación es abordar los efectos de variables fundamentales como el lugar de residencia, el bagaje educativo y la inserción laboral sobre la integración de la segunda generación de inmigrantes en la sociedad receptora de Madrid. Este análisis permitirá concluir que no se generan guetos étnicos en Madrid, aunque algunos barrios presentan mayor concentración de inmigrantes que otros, el ser inmigrante de segunda generación es un factor de riesgo para el éxito educativo al igual que el idioma es fundamental para la integración de los mismos, elementos que están estrechamente relacionados con su inserción laboral.

Palabras Clave: Segunda generación, Inmigración, Discriminación, Fracaso escolar, Inserción laboral.

Second generation of immigrants in Madrid: challenges, prejudices and discrimination

Abstract

The study of second generations in Spain is becoming increasingly important as a result of their volume twenty years after the maximum number of arrivals of immigrants to our country. The main objective of our research is to address the effects of key variables such as place of residence, educational background and labor market insertion on the integration of the second generation of immigrants in the host society of Madrid. This analysis will allow us to conclude that there are no ethnic ghettos in Madrid, although some neighborhoods have a higher concentration of immigrants. Being a second-generation immigrant is a risk factor for educational success, just as language is essential for their integration; elements that are closely related to their labor market insertion.

Key words: Second generation, Immigration, Discrimination, School failure, Labor insertion.

Introducción

El concepto de segunda generación, utilizado en este trabajo de una forma muy amplia, define a los hijos de padres inmigrantes, independientemente de que hayan nacido o no en el país receptor (Alba y Holdaway, 2013). Si bien otros autores diferencian la generación 1.5, cuando los hijos han nacido en el país de origen, y reservan el nombre de generación 2.0 a aquellos que han nacido en el país receptor (Fullaondo, 2017)1. En contraposición, Gómez (2019a, 2019b) utiliza la categoría hijxs de inmigrantes desde otra perspectiva teórica y que tomaremos como sinónimo al de segunda generación, ya que la intención de este trabajo es analizar, desde un punto de vista territorial, la situación de los mismos.

El estudio de las segundas generaciones en España está cobrando cada vez una mayor importancia como consecuencia del volumen de éstas veinte años después de la máxima llegada de inmigrantes a nuestro país. Prueba de ello es la abundante bibliografía existente sobre el tema: Portes y Zhou (1993); Zhou y Bankston (1996); Portes y Rumbaut (2001); Crul y Vermeulen (2003); Portes y Hao (2005); Portes y Fernández-Kelly (2007); Fernández-Kelly (2008); Portes, Fernández-Kelly y Haller (2009); Giró (2011); Portes y Aparicio (2013); Aparicio y Portes (2014), Vickstrom y Portes (2019), entre otros.

Sin embargo, echamos en falta investigaciones geográficas que analicen el tema en relación con el territorio; por ello este estudio pretende contribuir en este campo del conocimiento, estudiando los problemas de los hijos de inmigrantes en la Comunidad de Madrid. Para estudiar la segregación residencial nos ceñiremos a la situación en la ciudad de Madrid.

Administrativamente, España está dividida en 16 Comunidades Autónomas, 1 Comunidad Foral y 2 Ciudades Autónomas. Cada Comunidad Autónoma, a su vez, puede estar dividida en provincias y luego en Municipios. La Comunidad de Madrid, uniprovincial, está dividida en 179 municipios, uno de los cuales es el Municipio de Madrid (Fig. 1).

Figura 1. Comunidad de Madrid y Municipio de Madrid.
Fuente: elaboración propia.

Como señala en su artículo García Borrego, tradicionalmente los investigadores sociales que abordan el tema se han centrado en las discriminaciones sufridas por los inmigrantes, asumiendo que las segundas generaciones se han integrado en la sociedad receptora y no son objeto de conductas xenófobas por parte de la población autóctona (García Borrego, 2003). Por ello, las preguntas de investigación que guían nuestro trabajo se orientan a comprobar si los hijos de los inmigrantes se encuentran con una serie de retos y desventajas respecto a sus padres oriundos de España, a partir, por ejemplo, de la nacionalidad de los padres, rasgos fisonómicos, culturales, religiosos, etc. y cuáles son las variables fundamentales que van a influir en su inserción en la sociedad receptora de la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, los descendientes de inmigrantes de raza negra y los musulmanes tienen unas desventajas añadidas con respecto a otros grupos, como latinoamericanos (García Ballesteros et al., 2006), europeos del Este e incluso orientales, pese a las dificultades lingüísticas de estos últimos.

Marco teórico

En la década de los 90 del pasado siglo, en los Estados Unidos, comenzaron a realizarse numerosos estudios sobre los hijos de inmigrantes y surgieron distintas teorías que explican el proceso de integración de las segundas generaciones (Fullaondo, 2017). En ese momento surge la idea del declive de las segundas generaciones donde se cuestiona la creencia del éxito automático de los hijos de inmigrantes en la sociedad estadounidense (Gans, 1992). Según este autor, los hijos de inmigrantes hispanos y de raza negra, principalmente, encontrarán grandes dificultades para insertarse en el mundo laboral, incluso no pudiendo acceder a empleos a los que sus padres sí pudieron. La asimilación descendente no emerge al azar, “sino como producto de una red de barreras estructurales, capaces de restringir o eliminar las oportunidades de ascenso” (Portes et al., 2006, p. 51). Así, Hirschman (2001) afirmaba hace casi 20 años que “el hecho de no tener padres o el que éstos estén poco instruidos y el vivir en las zonas deprimidas de una ciudad, son factores que pueden explicar la existencia de una importante proporción de no inscripción escolar en algunos grupos de inmigrantes” (p. 328) y, como consecuencia del bajo nivel educativo, se producirá una asimilación descendente en el mercado laboral o, al menos, no superior a la de sus progenitores.

Las teorías más relevantes sobre la integración de las segundas generaciones en la sociedad receptora se han agrupado en dos enfoques: teorías culturalistas y teorías estructuralistas (Portes y Rivas, 2011). Las llamadas teorías culturalistas sobre la integración de los hijos de inmigrantes ponen de relieve los esfuerzos de éstos para integrarse en la sociedad, especialmente en lo relativo al idioma, la cultura y la política (Aparicio y Portes, 2014). No obstante, dentro de estas teorías también se asume que ciertos colectivos rechazan la asimilación en la sociedad receptora, negándose a aceptar sus costumbres y normas (Huntington, 2004).

Por otro lado, las teorías estructuralistas destacan la importancia de los logros educativos y laborales, entre otras variables propias de la acomodación estructural. Puede darse una concomitancia de la asimilación cultural y la estructural o, por el contrario que aparezcan disociadas, habiendo individuos que consigan logros en una de las dimensiones y fracasos en la otra (Portes y Rivas, 2011). Hay que admitir la existencia de hijos de inmigrantes que no consiguen ningún tipo de integración, pero este hecho debe considerarse como minoritario en las segundas generaciones, pudiendo incrementarse entre ciertos colectivos y en determinados países con sociedades poco integradoras (Crul y Schneider, 2010).

Diversos autores coinciden al señalar que en las sociedades avanzadas el mercado laboral tiende hacia una polarización bien marcada donde, por un lado, se encuentran puestos de trabajo muy bien remunerados y altamente tecnificados y otros, por el contrario, mal retribuidos y con ocupaciones subordinadas a los anteriores y casi sin ocupaciones intermedias (Portes y Rumbaut, 2001; Portes et al., 2009). Sin embargo, consideramos que el mercado laboral español no se adapta bien a la forma de reloj de arena, sino a la de una pirámide con una amplia base de trabajos mal pagados y una cúspide de, relativamente, pocos empleos bien remunerados, existiendo, sin embargo, mayor número, en términos proporcionales, de empleos de mediana cualificación y de cierta mayor remuneración, al menos en comparación con los sueldos de la base de la pirámide (García Ballesteros y Sanz Berzal, 2004).

Dentro del enfoque estructuralista, la teoría de la asimilación segmentada, cuyos principales autores son Portes y Rumbaut, entienden que los hijos de los inmigrantes pueden integrarse en distintos segmentos de la sociedad, dependiendo de factores que pueden ser positivos, como su biculturalidad, pero también pueden ser negativos respecto a la población nativa, lo que impide una deseable inserción laboral y un posible ascenso social (Portes y Rumbaut, 2001). También los estereotipos creados según su raza o país de procedencia pueden, y de hecho lo hacen, hacer el camino más fácil o poner más barreras a la integración de los hijos de inmigrantes. Sin duda, el sector socioeconómico, laboral y étnico en el que se integraron los padres de las segundas generaciones es también clave para entender su segmentación en el mercado laboral. Pero se considera fundamental el acceso de la segunda generación a una educación superior y/o especializada para que la inserción laboral sea más favorable en la segunda generación que en la primera.

El concepto de asimilación que manejamos en este trabajo, no hace referencia al modelo asimilacionista (Domenech, 2005) no se utiliza con el objeto de hacerse similar, como fueron los programas y políticas de asimilación forzosa. “Lejos de esta noción, la asimilación debe comprenderse, entonces, como el análisis de la naturaleza, el grado y los dominios en que se incorpora la población de origen inmigrante en las sociedades de acogida con respecto a la población local y, por supuesto, se dirige al análisis de las desigualdades que de este proceso puedan emerger” (Delgado Montaldo, 2007, p.45).

A nivel territorial, el barrio en el que una persona reside, tras la familia y el lugar de estudio o trabajo, constituye un espacio de socialización primario en el que se producen numerosas interacciones sociales (Echazarra, 2010). Uno de los problemas es que las decisiones de ubicación de los inmigrantes en la ciudad afectan en gran medida en un futuro a sus hijos (segundas generaciones), que nacen y se crían en barrios con problemas de inseguridad, altas tasas de paro y de fracaso escolar (Aparicio y Portes, 2014).

En España, la clásica segregación sociodemográfica urbana ha evolucionado a una mezcla entre ésta y una segregación étnica o racial (Bayona, 2007; Hernández de Frutos y Casares García, 2016), pues, en general, los inmigrantes se han visto forzados a ubicarse en las zonas más degradadas, lo que ha dado lugar a lo que Martori y Hoberg (2004) llaman una guetización del espacio, es decir, la marginación de determinados espacios por la concentración de inmigrantes extranjeros (Alguacil, 2006). En consecuencia, la segregación residencial urbana que sufren los distintos colectivos de inmigrantes es heredera de una situación previa de diferenciación social en la ciudad (Massey, 1985; Jiménez Blasco, 1987; Esteban, Curiel y Perelló, 2003; Pozo y García Palomares, 2009, 2011).

Desde nuestra perspectiva geográfica y social las variables fundamentales que van a marcar, para bien o para mal, a los hijos de inmigrantes serán el lugar de residencia, el bagaje educativo y la inserción laboral. Nuestro objetivo fundamental es abordar, desde un punto de vista territorial, los efectos de esta triple dimensión social sobre la integración de los hijos de inmigrantes en la sociedad receptora como es, en este caso, la Comunidad de Madrid.

Metodología y fuentes

En este estudio se ha aplicado, primero, una metodología cuantitativa basada en el análisis de los últimos datos publicados por el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid referidos al año 2018 y obtenidos del Padrón Continuo de la ciudad de Madrid, a partir de la explotación estadística del mismo que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con estos datos se han calculado diferentes índices, como el Índice de Segregación, Índice de Disimilitud, así como los Cocientes de Localización de las principales nacionalidades de inmigrantes presentes en la ciudad de Madrid, con el objeto de medir el nivel de segregación étnica y la concentración de diferentes colectivos de inmigrantes en la misma.

El índice de segregación (IS) mide la distribución de un determinado grupo de población en una ciudad o área metropolitana (Duncan y Duncan, 1955). Con este índice se calcula la diferencia entre la proporción de individuos de un grupo minoritario y la proporción del resto de población en cada barrio o cualquiera otra unidad espacial considerada. Su fórmula es:

IS = ½ | xi/X – ((t- xi)/(T-X))|

Siendo:

xi : Población de un colectivo de inmigrantes en el barrio i.

X: Población total del colectivo de inmigrantes en el municipio.

ti : Población total en el barrio i. 

T: Población total del municipio.

El resultado de este índice oscila entre 0 y 1, el 0 se corresponde con una distribución totalmente igualitaria y el 1 con una distribución de máxima segregación. Si se multiplica por 100 el valor de este índice se entiende como el porcentaje del grupo minoritario que tendría que cambiar de barrio para obtener una distribución uniforme (Jakubs, 1981; Massey y Denton, 1988, 1993; Martori y Hoberg, 2003; Martori, Hoberg y Surinach, 2006).

El índice de disimilitud (ID) o disimilaridad (Duncan y Duncan, 1955) es semejante al índice de segregación, pero compara proporciones de dos grupos, y no de un solo grupo respecto al resto, como hace el índice de segregación. Su fórmula es:

ID = ½ | xi/X – yi/Y|

Siendo:

x: Población de un colectivo de inmigrantes en el barrio i.

X: Población total del colectivo de inmigrantes en el municipio.

yi  : Población de otro colectivo de inmigrantes en el barrio i. 

Y: Población total del otro colectivo de inmigrantes en el municipio.

Este índice oscila entre 0 y 1 y se interpreta como la proporción en tantos por uno de inmigrantes de un determinado país de origen que debe cambiar de barrio para tener la misma distribución que los oriundos del otro país de origen con los que se compara.

El tercer tipo de indicador calculado para medir la segregación de los inmigrantes en Madrid es el Cociente de Localización (CL)2. En el estudio de la distribución en la ciudad de distintos grupos de inmigrantes, el cociente de localización compara el número de residentes de una determinada procedencia en un barrio respecto a la distribución media de los residentes de dicho lugar de nacimiento en toda la ciudad. Se obtiene como sigue:

CLij = (REij/RTj) / (REi/RTn)

Donde:

CLij = Cociente de localización del colectivo de inmigrantes del lugar de procedencia i en el barrio j.

REij = Residentes extranjeros del lugar de procedencia i en el barrio j.

REj = Residentes totales del barrio j.

RTi = Residentes extranjeros del lugar de procedencia i en la ciudad.

RTn = Residentes totales en la ciudad.

El valor del cociente expresa el grado de concentración de los inmigrantes procedentes de una determinada nacionalidad en relación con el territorio de referencia. Un valor superior a 1 significa una concentración más que proporcional en dicho barrio.

En el análisis de las diferencias educativas entre autóctonos e hijos de inmigrantes, hemos utilizado, básicamente, los dos últimos Informes PISA (Programme for International Student Assessment) para España, de 2015 y 2018, que se basan en una metodología de encuesta. Dicho informe lo lleva a cabo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en más de 80 países y evalúa de forma sistemática lo que los jóvenes saben y son capaces de hacer al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO en España) en tres competencias consideradas troncales como ciencias, lectura y matemática, además de otra competencia innovadora (resolución de problemas, competencia global, pensamiento crítico, etc.) en cada ciclo.

También, y dentro de esta metodología cuantitativa, se han analizado los datos de ILSEG, acrónimo de la Investigación Longitudinal sobre la Segunda Generación en España (Portes, Aparicio y Haller, 2017) que ha seguido a una muestra representativa de hijos de inmigrantes de Madrid y Barcelona a lo largo de diez años con una primera encuesta realizada en 2007-08 cuando estos tenían en torno a los 14 años, una encuesta de seguimiento cuatro años después y una última encuesta de seguimiento en ٢٠١٦-١٧. Esta encuesta ha sido de gran valor porque nos ha servido de fuente principal para el conocimiento de las características principales de la inserción laboral de los hijos de inmigrantes en Madrid.

En una segunda fase de la investigación se ha efectuado un exhaustivo relevamiento y análisis bibliográfico. Al mismo tiempo, se realizó trabajo de campo utilizando técnicas cualitativas como la observación directa y participante y entrevistas semiestructuradas. Para ello se han seleccionado informantes estratégicos tanto por su rol social como por pertenecer a las principales nacionalidades presentes en Madrid. En total fueron 28 entrevistas, tanto a población local como inmigrantes o hijos de inmigrantes. Se ha intentado equilibrar la muestra por edades y género. Las entrevistas se han realizado en áreas espaciales seleccionadas por su concentración de inmigrantes: barrios de Almendrales, Moscardó y Pradolongo en el distrito de Usera, barrio de San Cristóbal en Villaverde, barrio de Bellas Vistas en Tetuán y barrio de Embajadores, en el distrito Centro. Con las encuestas se busca conocer la relación de convivencia entre los distintos grupos sociales y nacionalidades, en los barrios, colegios, lugares de ocio, lugares de uso público, etc. Una de las cuestiones que fueron consultadas a los hijos de inmigrantes, era su percepción o vivencias de discriminación por su condición de hijos de inmigrantes, aunque hayan nacido en España y sean españoles.

Análisis preliminar de los resultados

Segundas generaciones y segregación residencial

Hasta el último cuarto del siglo XX la segregación étnica fue característica de las ciudades de los Estados Unidos y de algunas grandes ciudades europeas con altas tasas de inmigración internacional (Capel, 1997; Gober, 2000). En la actualidad países del Sur de Europa, como España, reciben una fuerte corriente inmigratoria desde numerosos lugares del mundo (Arbaci y Malheiros, 2010), por lo que es posible que en sus grandes ciudades pueda identificarse el fenómeno de la segregación étnica (Martínez del Olmo y Leal Maldonado, 2008; Checa Olmos, Arjona Garrido y Checa Olmos, 2011), hecho que no se pudo constatar hace algo más de 30 años (Jiménez Blasco, 1984). Para este trabajo se han seleccionado los colectivos de origen inmigrante con mayor número de inmigrantes en la ciudad de Madrid (Fig. 2), municipio de la Comunidad con mayor número de inmigrantes en términos absolutos y relativos (Jiménez Blasco y Mayoral, 2020).

Figura 2. Distritos Ciudad de Madrid. Fuente: elaboración propia.

Los Índices de Segregación calculados para las 8 nacionalidades más presentes en el municipio de Madrid se muestran en la tabla I.

Países de procedencia

Índice de segregación

Ecuador

0,43

República Dominicana

0,43

China

0,40

Venezuela

0,39

Rumanía

0,39

Marruecos

0,36

Perú

0,35

Colombia

0,32

Tabla I. Índices de segregación (٢٠١٨). Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Como puede observarse los Índices de Segregación no son en ningún caso muy elevados, pues no superan el 50%. Los más segregados son los ecuatorianos, principal colectivo de inmigrantes en Madrid, seguido de los dominicanos y chinos. Venezolanos, rumanos, marroquíes, peruanos y colombianos presentan niveles de segregación entre el 30 y el 39 %. Por último, dentro de los países con menor índice de segregación, según nuestros datos, destacamos el comportamiento de la inmigración de Venezuela y Colombia, dos países iberoamericanos geográficamente próximos, pero con trayectorias migratorias diferentes, pues mientras que la inmigración colombiana ha ido de más a menos, la venezolana lo hace justamente al revés, siendo muy fuerte en los últimos años.

En Tabla II se han calculado los Índices de Disimilitud3 entre los principales colectivos de inmigrantes en Madrid.

Los resultados del Índice de Disimilitud muestran unos valores bastante bajos, el caso de mayor diferencia se da entre rumanos y chinos (0,35) y, realmente, es un valor moderado. Finalmente, se han calculado en cada barrio los correspondientes Cocientes de Localización para las nacionalidades de los inmigrantes en Madrid con mayores Índices de Segregación.

Países de procedencia

Ecuador

R. Dominicana

Venezuela

Rumanía

China

Marruecos

Ecuador

-

0,18

0,33

0,22

0,27

0,24

R. Dominicana

-

0,34

0,30

0,31

0,26

Venezuela

-

0,31

0,30

0,29

Rumanía

-

0,35

0,23

China

-

0,31

Marruecos

-

Tabla II. Índices de disimilitud (٢٠١٨). Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

En la tabla III se relacionan los distritos que para cada uno de los países de procedencia considerados muestran una concentración de inmigrantes en su ámbito espacial. De la información expuesta, en la citada tabla, se desprende que hay unos distritos que se repiten como espacios residenciales acogedores de inmigrantes. En general, se corresponden con distritos del Sur y del Este, con las excepciones de los distritos Centro, que tiene una concentración de chinos y marroquíes superior a la media municipal y Tetuán, distrito que muestra concentraciones de inmigrantes de China, Ecuador, Marruecos y República Dominicana. La distribución espacial de estos inmigrantes por país de procedencia y coeficiente de localización superior a 1, podemos observarla en las figuras 3, 4, 5 y 6.

Países de procedencia

Distritos con coeficiente de localización superior a 1

Ecuador

Tetuán, Latina, Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas, Ciudad Lineal, Villaverde

R. Dominicana

Tetuán, Latina, Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas, Ciudad Lineal, Villaverde

Venezuela

Ninguno, tienen una localización más dispersa en todo el municipio

Rumanía

Latina, Carabanchel, Usera, puente de Vallecas, Villaverde, Villa de Vallecas, Vicálvaro, San Blas-Canillejas

China

Centro, Tetuán, Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas

Marruecos

Centro, Tetuán, Carabanchel, Puente de Vallecas, Villaverde, Villa de Vallecas, Vicálvaro

Tabla III. Distritos con concentración de inmigrantes por país de procedencia (2018). Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Figura 3. Distritos con concentración de inmigrantes procedentes de Ecuador y República Dominica. Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Figura 4. Distritos con concentración de inmigrantes procedentes de Rumania. Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Figura 5. Distritos con concentración de inmigrantes procedentes de China. Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Figura 6. Distritos con concentración de inmigrantes procedentes de Marruecos. Fuente: elaboración propia sobre la base de INEBASE (Padrón Continuo).

Tras el análisis cuantitativo de la segregación étnica en la ciudad de Madrid, se ha procedido a la realización de un trabajo de campo en aquellos barrios que han alcanzado un valor elevado en el Cociente de Localización para alguno de los colectivos de inmigrantes analizados, con el fin de analizar, con técnicas cualitativas, la convivencia de los hijos de inmigrantes en el vecindario. Además, en el trabajo de campo se ha incluido el barrio de Embajadores, comúnmente llamado Lavapiés que, aunque no alcanza valores muy elevados de concentración de los principales colectivos de inmigrantes en Madrid, es un barrio con una alta proporción de extranjeros, en general, y con marcadas características de enclave étnico (Jiménez Blasco, Resino, Mayoral y Sassano, 2020).

En los barrios del distrito de Usera hallamos las concentraciones más altas de inmigrantes de todo Madrid, correspondiendo a la comunidad china. En ellos la población china vive y regenta negocios con una marcada presencia, pero coincidimos con Tébar Arjona (2010) en que no se trata de un gueto, en el sentido que no es un espacio marginal ni exclusivo de los inmigrantes chinos, sino que se puede calificar como un enclave étnico. La población autóctona entrevistada en este barrio, no suele considerar un problema la elevada presencia de chinos y también tiene una buena opinión de su segunda generación. Los testimonios recogidos admiten que los hijos de inmigrantes chinos son menos conflictivos que otros grupos de inmigrantes. A su vez, en las entrevistas realizadas a jóvenes hijos de inmigrantes, se consideran estar bastante integrados a la vida social del barrio, aunque mantienen las tradiciones y costumbres del país de origen de sus padres y su grupo de amigos más cercanos pertenece a la misma nacionalidad.

El distrito de Villaverde, junto con el de Usera, muestra también valores altos en los coeficientes de localización de varias nacionalidades de inmigrantes2. En uno de sus barrios, San Cristóbal, más de la mitad de la población no es autóctona, contando los inmigrantes de segunda generación. El barrio de San Cristóbal constituye un enclave de concentración de marroquíes, dominicanos, ecuatorianos y rumanos. Es el barrio más multicultural de Madrid, por encima del barrio de Lavapiés, más mediático, pero con menos proporción de extranjeros y con menor valor del Cociente de Localización en los principales colectivos de inmigrantes. Según testimonios de los vecinos españoles entrevistados, se considera que la población extranjera ha traído graves problemas de convivencia en San Cristóbal. En general, hay quejas sobre los hijos de inmigrantes porque se organizan en bandas por lugar de origen y suelen ser considerados como peligrosos por los vecinos. Hay que tener en cuenta que San Cristóbal es un barrio con una alta tasa de desempleo juvenil (Ayuntamiento de Madrid, 2016), siendo uno de los barrios más vulnerables de Madrid (Hernández Aja et al., 2018). De todos modos, no consideramos a San Cristóbal un gueto propiamente dicho, desde el punto de vista de la etnicidad, sino que se trata de un barrio vulnerable, que lo era ya desde que se creó en los años 50 del pasado siglo, mucho antes de la llegada de los inmigrantes extranjeros.

Situándonos en el distrito de Tetuán, concretamente en el barrio de Bellas Vistas, los datos del padrón continuo muestran una concentración fuerte de dominicanos, pero también de ecuatorianos, chinos y marroquíes. Si tenemos en cuenta también a los hijos de inmigrantes en los datos, el número de estas nacionalidades se triplica. Los dominicanos regentan en sus calles un buen número de negocios muy frecuentados por compatriotas; abundan las peluquerías caribeñas, bares y restaurantes con especialidades dominicanas (Cebrián de Miguel, Jiménez Blasco y Resino García, 2016), de modo que algún sector de éste, como el centrado en las calles de Almansa, Tenerife, Juan Pantoja y Topete, ha recibido el popular nombre de Pequeño Caribe. Los habitantes de Bellas Vistas, tanto autóctonos como de inmigrantes, expresan una buena valoración de su barrio en cuanto a su ubicación dentro de la ciudad de Madrid como los servicios de transporte, la dotación comercial y la convivencia vecinal, aunque algunas personas mayores españolas sí señalan que los jóvenes de segunda generación tienen algunos comportamientos violentos y, consecuentemente, han traído inseguridad al barrio. Por el contrario, los hijos de inmigrantes entrevistados, no tienen la misma percepción, y se sienten discriminados por algunos vecinos.

El distrito Centro tiene la máxima proporción de población nacida fuera de España entre todos los distritos de Madrid, si bien, no registra Cocientes de Localización elevados en ninguno de los colectivos de inmigrantes más importantes de Madrid, únicamente marroquíes y chinos arrojan cocientes por encima de la unidad (lo cual indica sobrerrepresentación).

El barrio de Embajadores contiene al llamado popularmente barrio de Lavapiés, que alcanza el Cociente de Localización mayor dentro del distrito Centro. Es un barrio con fuerte inmigración, pero muy fragmentada según lugar de procedencia (Jiménez Blasco y Mayoral, 2020). Así, por ejemplo, argelinos y senegaleses se concentran en este barrio; aunque también hay gambianos, ghaneses, guineanos, nigerianos, etc. Se trata de un espacio visualmente multicultural con una población local no homogénea: por un lado, está la población envejecida que ha vivido siempre en el barrio y por otro, población de jóvenes españoles que han buscado residir en Lavapiés por tratarse de un barrio céntrico y cosmopolita, con multitud de locales de vida nocturna. En las respuestas de estos dos colectivos se aprecian grandes diferencias, pues mientras los primeros añoran cómo era el barrio antes de la fuerte llegada de inmigrantes, los segundos señalan que la inmigración ha conferido modernidad y multiculturalidad al barrio. Esta cuestión generacional es posible que pueda trasladarse al conjunto de la sociedad y a la añoranza de que todo tiempo pasado fue mejor. En las entrevistas realizadas no se hace mucha referencia a las segundas generaciones, posiblemente porque se trata de una barriada que atrae inmigrantes, pero, sobre todo, adultos solos, en pareja o en grupo, y se asientan menor número de familias de inmigrantes con hijos.

Todos los barrios señalados como polos de atracción para la población inmigrante son, a su vez, barrios en los que hay un número elevado de hijos de inmigrantes y, por lo tanto, representan mayores proporciones que en los demás distritos de Madrid, a excepción de Lavapiés.

Segundas generaciones y bagaje educativo

En trabajos previos (Mayoral, Resino, Sassano y Jiménez Blasco, 2020) consideramos que el factor principal que determina el modo de integración de las segundas generaciones es el nivel educativo alcanzado, variable mucho más determinante que el vecindario o la discriminación racial (Portes y Rivas, 2011). Por ello, resulta muy preocupante que uno de los principales obstáculos de los hijos de inmigrantes sea su mayor nivel de fracaso escolar en comparación con los alumnos nativos. Este hecho se puede constatar prácticamente en todos los países inmigratorios (Aparicio y Portes, 2014). Las razones son muy variadas. Entre ellas se pueden citar las dificultades de integración en la sociedad receptora, la falta de medios económicos, el escaso conocimiento del lenguaje, el menor control parental, generalmente por falta de tiempo y de nivel educativo de los propios padres y la falta de expectativas de muchos padres inmigrantes, que desmoraliza a los más jóvenes y no les alienta a realizar esfuerzos en el estudio. Obviamente existen muchas más causas que se analizan pormenorizadamente en otros trabajos específicos sobre el tema (Cea D’Ancona y Valles, 2014).

En la Comunidad de Madrid, según el Informe PISA 2018, un 19,7% de los alumnos son hijos de inmigrantes. En la media de países de la OCDE, el 13% de los estudiantes descienden de familias de inmigrantes, siendo esta cifra ligeramente inferior en España (12,2%). Por lo tanto, la segunda generación de inmigrantes es muy numerosa en la Comunidad de Madrid, con el valor más elevado de alumnos de origen inmigrante respecto al resto de Autonomías españolas.

En la Comunidad de Madrid la prueba de Matemáticas es la que muestra mayor diferencia entre nativos e inmigrantes (50 puntos) y la de Ciencias (39). Ambas diferencias son significativas desde el punto de vista estadístico (Informe Español, PISA, 2018). Las diferencias promedio de la OCDE en Matemáticas y Ciencias son respectivamente 39 y 41, y las medias españolas son 40 y 34. Se concluye, pues, que en Madrid las diferencias entre nativos e inmigrantes en Matemáticas son mayores a la media española y a la media de la OCDE, mientras que en Ciencias son mayores a la media española pero no a la media de la OCDE.

También es significativa la diferencia que se registra en la prueba de lectura en la Comunidad de Madrid (35 puntos). En la media de países de la OCDE la diferencia en el rendimiento medio en lectura entre estudiantes inmigrantes y nativos es de 43 puntos en favor de éstos. Y en España el valor medio de dicha diferencia es 32. Al igual que en Ciencias y Matemáticas la diferencia por origen migratorio es mayor en la Comunidad de Madrid que la media española, pero menor que la diferencia media de la OCDE. Posiblemente la razón estriba en que en España todos los inmigrantes de origen latinoamericano comparten la misma lengua que los españoles, lo cual facilita la comprensión lectora.

Si nos retraemos al informe PISA 2015, comprobamos que éste no sólo evaluaba las principales competencias educativas de los jóvenes, sino que también indagaba sobre su grado de integración en las aulas y su satisfacción, en general, con el sistema educativo. El estudio PISA incorporó en el 2015 una nueva variable como es el “bienestar”, el grado de satisfacción individual y social de los niños y adolescentes. La OCDE considera como las principales dimensiones del bienestar la calidad de vida (salud, educación, relaciones sociales, calidad medioambiental, relaciones ciudadanas, reparto entre trabajo y ocio, etc.) y las condiciones materiales (empleo, salario, vivienda). El informe PISA 2015 estimaba el porcentaje de inmigrantes que se sentían incómodos y fuera de lugar en la escuela: un 17% de media en España, valor que indica un nivel medio de integración de los alumnos inmigrantes en el sistema educativo español. En la Comunidad de Madrid este porcentaje baja hasta el 13%, indicando que la integración de la segunda generación de inmigrantes en el sistema educativo madrileño es relativamente buena.

Los datos numéricos por sí mismos son poco expresivos, por lo que se hace necesaria una indagación cualitativa. Mediante la técnica cualitativa de observación participante, comprobamos que la integración de la segunda generación es menor si el número de estudiantes extranjeros es muy numeroso, observándose que forman grupos propios de compatriotas y mantienen cierta distancia con los alumnos españoles y con los de otras nacionalidades, tal y como también señala Álvarez Sotomayor (2008).

Entre el profesorado pudimos hacer diversas entrevistas. En general los profesores de Enseñanza Primaria y Secundaria valoran negativamente que haya muchos alumnos inmigrantes en la clase porque dificulta su tarea, como señalan también otros autores (Fernández Batanero, 2004; Jordán, 2000). Ellos encuentran problemas de formación previa dispar, una falta de acervo cultural común, problemas con el idioma, si no se trata de inmigrantes hispanohablantes y, en algunos casos, conductas impropias que deben reconducir para adaptarlas a las normas sociales compartidas en la docencia en España.

En general, los docentes manifiestan que por encima de un 25% de alumnos inmigrantes en el aula se dificulta mucho la enseñanza y se va produciendo un paulatino cambio de colegio por parte de los alumnos autóctonos, lo que conlleva que la proporción de alumnos inmigrantes vaya aumentando y el problema acrecentándose.

En este contexto, y con las experiencias recibidas por parte de alumnos, padres, profesores, AMPAs4 (Asociación de Madres y Padres), deberíamos preguntarnos si los profesores están realmente formados para trabajar con la diversidad que se presenta actualmente en las aulas y si las políticas educativas están preparadas para responder a esta problemática, por un lado, de fracaso escolar y discriminación, y, por el otro, de integración en las aulas.

Segundas generaciones e inserción laboral

Como se ha expuesto anteriormente, las teorías clásicas sostenían que las segundas generaciones encontraban un nicho laboral mejor que el de sus padres en los países receptores, como consecuencia de una mayor educación, mejor integración social, dominio del idioma y mayor adaptación cultural en la sociedad de acogida. Sin embargo, la realidad es más compleja y no son pocos los hijos de inmigrantes que se insertan en sectores muy bajos del sistema productivo, a veces, incluso más bajos que los de sus progenitores.

En la tabla IV se expone el perfil ocupacional de los jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y los 29 años, diferenciándolos en dos grupos: hijos de inmigrantes y autóctonos, según la encuesta realizada por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en 2017.

Perfil ocupacional

Hijos de inmigrantes

Nativos

Trabajando

28,5%

25%

En paro buscando empleo

14,7%

9,9%

Solo Estudios

27,2%

31,6%

No trabajan ni estudian

16,0%

11,0%

Tabla IV. Perfil ocupacional de los jóvenes españoles entre 16 y 29 años. Fuente: Portes et al. (2017).

De la tabla anterior se deduce que las diferencias entre ambos colectivos sí parecen indicar una mayor exclusión social de los hijos de inmigrantes comparadas con los hijos de españoles autóctonos, si bien tampoco parece haber una clara brecha en cuanto al perfil ocupacional se refiere.

Los resultados de la encuesta muestran que menos hijos de inmigrantes compaginan trabajo y estudio: un 26,7% de los inmigrantes frente al 31,3% de los nativos. Además, hay más desempleo entre los hijos de inmigrantes que entre los españoles, no siendo las diferencias realmente excesivas, si tenemos en cuenta que hay un 3,5% más de hijos de inmigrantes trabajando respecto a los nativos.

Analizando los resultados de la encuesta ILSEG (2017), hay que destacar el menor nivel de estudios alcanzado por los hijos de inmigrantes, siendo un 8,8% del total de hijos de inmigrantes encuestados los que no lograron terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), mientras que el porcentaje desciende a 3,2% entre los encuestados españoles. En esta línea de desventaja de formación entre los hijos de inmigrantes, la encuesta señala que entre éstos sólo un 22% tienen algún tipo de estudio superior, frente al 31% de los españoles. Los datos de esta encuesta reafirman los hallazgos mostrados en el apartado anterior.

Por otro lado, los jóvenes de origen inmigrante tienden a acceder a sus puestos de trabajo, en mayor medida que los jóvenes nativos, a través de familiares y amigos. Los españoles también utilizan los contactos de su entorno para encontrar trabajo, pero acceden en mayor proporción al mercado laboral mediante el envío de sus Curricula Vitae a empresas y/o a través de Internet. Los distintos modos de acceso al empleo entre jóvenes inmigrantes y autóctonos están en relación con el tipo de puesto de trabajo buscado; los hijos de inmigrantes se insertan más en trabajos poco cualificados en pequeñas empresas, no pocas regentadas también por inmigrantes, y para ese tipo de trabajos funciona más el contacto del entorno que los canales más formales de acceso al empleo.

En una entrevista realizada a un hijo de inmigrantes marroquíes, nacido en España, nos comentaba que a él le ha resultado muy difícil encontrar trabajo de alguna empresa y que está ayudando a sus padres en la frutería que regentan. En trabajos anteriores (García Ballesteros et al., 2006) observamos cómo muchos emprendedores inmigrantes solo cogían empleados de este origen. Si bien, habría que realizar un estudio pormenorizado respecto a la contratación de nativos o inmigrantes o hijos de inmigrantes en empresas y comercios locales o empresas y comercios regentados por extranjeros, hay una tendencia en contratar a los propios compatriotas, ya sean españoles o extranjeros en cada caso. Los motivos pueden ser variados, como discriminación, positiva o negativa, conocer las costumbres o idioma del emprendedor o empresa contratante, o por solidarizarse con un trabajador de su misma nacionalidad ante la falta de ofrecimientos de trabajos en empresas regentadas por españoles.

En cuanto a los nichos laborales, Aparicio, Biderbost y Tornos (2019) han encontrado diferencias estadísticas significativas entre ambos colectivos: hijos de inmigrantes y autóctonos. Así más del doble de jóvenes hijos de inmigrantes que de españoles están empleados en trabajos no cualificados (13% y 6,1% respectivamente). La situación contraria se da en trabajos técnicos y profesionales de tipo medio (10,9 y 19,6). Una situación más igualada entre ambos colectivos se produce en los trabajos manuales cualificados (56,4 y 46,4) y en los trabajos técnicos y profesionales superiores (9,3 y 12,3).

De acuerdo con los resultados de la investigación de Aparicio et al. (2019) la discriminación percibida en el proceso de búsqueda de empleo y en el ámbito laboral, una vez se ha conseguido el mismo, parece no ser muy diferente entre los colectivos señalados. Así, más de la cuarta parte de los jóvenes, independientemente de su origen, afirma haber padecido discriminación en procesos de búsqueda de empleo. No obstante, los hijos de padres inmigrantes señalan, como también nos confirman en las entrevistas realizadas, en mayor porcentaje haber sufrido discriminación en sus puestos de trabajo. De todos modos, la diferencia con los jóvenes españoles es solo de 2,5 puntos porcentuales.

Reflexiones finales

Aunque la ciudad de Madrid es el municipio que acoge más inmigrantes en España, los Índices de Segregación observados son moderados o bajos, pues ninguno de los principales colectivos de inmigrantes presentes en la ciudad supera el valor de 0,5. Si atendemos a los Cocientes de Localización, los distritos con más concentración relativa de inmigrantes son Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas y Villaverde.

En general, los distritos del Sur y del Este de Madrid acogen una gran cantidad de inmigrantes, pero también Tetuán y Centro, distritos de la llamada Almendra Central, alcanzan valores por encima de la unidad en el caso de algunos colectivos de inmigrantes.

No obstante, a pesar de algunos enclaves céntrico concretos, se puede afirmar que entre la población inmigrante es más fuerte la localización periférica que la central dentro del municipio de Madrid. Si bien, el distrito Centro es un lugar atractivo para los inmigrantes por la abundancia de viviendas antiguas y deterioradas y por el abandono en décadas pasadas por parte de la población autóctona, produciéndose una paulatina sustitución de ésta por población inmigrante, proceso muy característico en los años 90 del pasado siglo (García Ballesteros, Jiménez Blasco y Redondo González, 2009). Sin embargo, hoy en día la ubicación en barrios céntricos es más difícil por el aumento de los precios del alquiler, debido a la proliferación de apartamentos turísticos y a fenómenos de gentrificación urbana que suponen la rehabilitación de las viviendas para ser ocupadas por sectores de población más joven y con mayor capacidad económica.

Del análisis cualitativo también se concluye que la población autóctona que vive en Madrid, en general, no valora negativamente la llegada a sus barrios de colectivos inmigrantes, si bien las personas más mayores expresan un mayor número de quejas, aunque éstas se refieren muchas veces a problemas de calidad de las viviendas y, en algunos casos, al abandono y suciedad de las calles. Quejas que no tienen una relación directa con la inmigración. Más bien la situación es inversa, los barrios de vivienda más antigua y deteriorada y con mayores problemas urbanísticos ofrecen posibilidades habitacionales más económicas que son aprovechadas por los colectivos de inmigrantes.

Derivado del trabajo de observación in situ, concluimos que en la ciudad de Madrid no se puede hablar de auténticos guetos, si acaso, solo consideramos que el barrio de San Cristóbal se asemeja algo a un gueto por la elevada presencia de inmigrantes, su marginalidad y su conflictividad social, pero a nuestro parecer se trata más de un barrio vulnerable que de un gueto étnico. En el caso de Usera y del llamado Pequeño Caribe en Tetuán, consideramos como Tébar (2010) y García Escalona (2010), que se trata de enclaves étnicos con una proporción importante de chinos y dominicanos respectivamente, pero minoritaria con respecto a la población española, y que no intentan convertir estos barrios en áreas de exclusión social, sino en lugares en los que proliferan los negocios que facilitan la reunión con compatriotas, sin impedir el acceso a otros colectivos de inmigrantes y a la población autóctona que vive en esos barrios.

En cuanto al problema del nivel educativo de los hijos de inmigrantes, a falta de mejores estadísticas sobre diferentes variables educativas, podemos señalar que el fracaso escolar de los jóvenes inmigrantes es un fenómeno que se da en todo el ámbito nacional, aunque existen también, diferencias palpables entre unas comunidades y otras (Bayona y Domingo, 2018).

Las diferencias en el nivel de integración de los inmigrantes también son similares a las de fracaso escolar y, como promedio, muestran un valor inferior al promedio de la OCDE (19,1%), valor superado únicamente en las Islas Baleares (20,3%), Cataluña (24,1%) y Región de Murcia (19,5).

Una de las conclusiones de este estudio es que la inserción tardía en el sistema educativo español aumenta, como es lógico, el porcentaje de fracaso escolar. Este dato se destaca en todos los estudios que se han hecho hasta la fecha. Si la escolarización temprana de 0 a 3 años es clave para observar un rendimiento mayor en los alumnos en etapas posteriores, resulta un factor decisivo en niños pertenecientes a colectivos en riesgo de exclusión económica y social.

Derivado de esta conclusión se supone que los hijos de inmigrantes presentan un menor abandono prematuro de los estudios, pero aun así los trabajos realizados sobre el tema muestran mayores tasas de fracaso escolar que los alumnos de origen español; por lo que, ser inmigrante o hijo de padres inmigrantes podría ser uno más de los factores de riesgo para el éxito educativo, que habría que tener en cuenta a la hora de implementar políticas educativas de integración/discriminación en la escuela o institutos, para toda la comunidad educativa.

El idioma se presenta como una variable fundamental para la integración del alumnado, el inmigrante de origen hispanohablante encuentra más facilidades para el éxito educativo puramente académico y para la integración con el alumnado autóctono, siempre que no medie una cohesión muy fuerte con compatriotas que los lleve a formar grupos de minorías raciales dentro de las aulas por la tendencia al aislamiento cultural de algunos colectivos de inmigrantes.

Otro aspecto destacable es que los hijos de inmigrantes alcanzan mayores tasas de éxito educativo, si estudia en centros donde el porcentaje de inmigrantes no es demasiado elevado. En éstos últimos, las tasas de fracaso escolar son mayores debido a la dificultad del profesorado de enseñar en aulas donde hay mayor número de estudiantes con problemas de entendimiento del idioma, con niveles educativos más dispares, mayores diferencias culturales y, sobre todo, una cierta tendencia a que se formen guetos de alumnos de la misma nacionalidad o características culturales semejantes, a los que cuesta integrar en la escuela. Derivado de esta última conclusión se observa que hay una necesidad de seguir profundizando en el problema y que se traduzca en una revisión de las políticas educativas y nuevas formas de organización para evitar el fracaso en las aulas.

Obviamente, está claro que las características familiares y socioeconómicas afectan significativamente a la integración de las segundas generaciones de inmigrantes. Numerosos estudios han demostrado una asociación entre el capital educativo de los padres y una mayor implicación en la instrucción de sus hijos, que suele dar como resultado un mayor éxito escolar, lo que conlleva un acceso a mejores empleos que los que tuvieron sus progenitores y, por tanto, a una asimilación ascendente.

Es evidente que los inmigrantes, aunque sean sus hijos nacidos en España, ocupan puestos de trabajo de poca cualificación que los nativos. Una instrucción baja o media no permite escalar a los puestos más altos en el mercado de trabajo. No obstante, si estos jóvenes alcanzan niveles de instrucción elevados, acceden también a mejores empleos, sin que su condición de origen sea un factor de discriminación en la mayoría de los casos, tal y como se ha constatado en diversos estudios realizados por las autoras sobre el tema5.

De todos modos, hay que señalar que, incluso con estudios medios o superiores, los hijos de inmigrante suelen aceptar empleos de menor cualificación, sobre todo en etapas de crisis, en las que el desempleo es elevado, especialmente el juvenil. De alguna manera los hijos de inmigrantes reproducen la trayectoria laboral de sus padres y se conforman con empleos menos cualificados, intentando huir del desempleo. Lógicamente, cuando una crisis económica es muy profunda, las oportunidades laborales disminuyen para todos los sectores sociales, pero afectando más a la población joven en general, sea cual sea su nacionalidad, origen, etc. No podemos dejar de mencionar que los inmigrantes no cuentan con una red familiar o contención social y económica que, ante una situación de crisis o desempleo, puedan acudir a dicha red en busca de ayuda económica y contención. Por ello aceptan trabajos poco cualificados, frente a una situación económica precaria.

El hecho de que se produzca una asimilación ascendente o descendente social y laboralmente está muy ligado al nivel de instrucción alcanzado, razón por la que muchos autores señalan que es más adecuado hablar de una asimilación segmentada o fragmentada en la segunda generación de inmigrantes.

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Fecha de recepción: 10/11/21

Fecha de aceptación: 16/08/22

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1 Para obtener el derecho a la nacionalidad, en el caso de España impera el Ius Sanguinis (criterio jurídico para obtener la nacionalidad por filiación, independientemente del lugar de nacimiento) y el Ius Soli (derecho a la obtención de la nacionalidad de un país donde se nace) en casos excepcionales como que uno de los padres haya nacido en España, menores extranjeros adoptados por españoles o hijos apátridas). En la mayoría de los países latinoamericanos, como el caso de Argentina, impera el Ius Soli.

2 Los Cocientes de Localización de las principales nacionalidades de inmigrantes en la ciudad de Madrid se hallaron por las autoras dentro del Proyecto Medición de la Discriminación Múltiple II: de las percepciones y comportamientos sociales a la propuesta de medidas antidiscriminación e integración social.

3 Explicado en la metodología.

4 En Argentina se correspondería con la Asociación Cooperadora.

5 Las autoras han pertenecido al Grupo de Investigación consolidado de la UCM: “Geografías de la inmigración”, dentro del cual han realizado diversos estudios e informes sobre inmigración y sistema productivo.

° doi: https://doi.org/10.52292/j.rug.2022.31.1.0033.0051

* Tutora/Profesora Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), sfsassano@madrid.uned.es

** Profesora del Departamento de Sociología: Metodología y Teoría. Universidad Complutense de Madrid (UCM), mayoralp@cps.ucm.es

*** Profesora del Departamento de Geografía. Universidad Complutense de Madrid (UCM), bcjimene@ghis.ucm.es

° Profesora del Departamento de Geografía. Universidad Complutense de Madrid (UCM), r.resino@ghis.ucm.es

°° Profesor del Departamento de Geografía. Universidad Complutense de Madrid (UCM), rbarbas@ucm.es